top of page

Ensayo sobre intenciones emocionales

 

La disposición emocional en búsqueda de aprobación del ser humano es tan consciente como inexistente en nuestro pensamiento, imaginemos que la autoestima del individuo como ser humano fuese algo tangible y pudiéramos disponer en nuestras manos de dicho “objeto”, iríamos por el mundo paseando nuestro objeto y mostrándolo para que todos los demás observaran lo grande, especial o impresionante que es nuestra autoestima. Pero pensemos también que existirán algunos momentos de “confusión” (aunque es fuerte decirlo así), donde la condición humana nos invitaría a compartir dicho objeto con la creencia de que la construcción grupal engrandecerá las cualidades que constituyen este, nuestro ego, entonces comenzamos a creer que las construcciones grupales son las que le dan validación a nuestro “objeto”, ahora pensemos que sucede si esta construcción grupal no fuera precisamente una construcción sino una disminución de valores, valores que nosotros nos hemos construido como seres singulares, y comienzan a entrar los valores implantados por el mismo grupo ya mencionado, es decir, como ser gregario estamos destinados a la corrupción de nuestros valores singulares, que hacían en algún punto de nuestras vidas que paseáramos con orgullo nuestra autoestima sin la aprobación de nadie.

Esto nos lleva a creer que dependemos en mayor o gran medida de un grupo de aprobación o implantación de recursos emocionales en lo que pensamos nos hace ser personas, personas funcionales que tiene que sentir o ignorar de una manera pre-establecida. Solo recordemos que cuando niños, no era siempre tan difícil mostrarle al mundo ese “objeto” que tanto nos incomoda hoy.

 

Bien se ha dicho en muchísimas ocasiones que el ser humano no puede vivir aislado, no puede vivir aislado de sus semejantes, pues es un ser social, un ser que encuentra su lugar en la cadena de valores implantados por sus semejantes, es decir busca un propósito para sentirse útil en sociedad. Pero ser útil o inútil, recae en la definición obtenida de nuestras instituciones y congregaciones, esto nos lleva a pensar si no es entonces los cúmulos de gente y la opinión repetida lo que nos da validez como seres individuales, a pesar que muchísimos somos conscientes que es la construcción grupal lo que nos valida o revalida ante experiencias de triunfo y fracaso, ¿Por qué entonces seguimos haciendo caso de algo que no es tangible y que carece de sentido individual?, es decir carece de sentido individual el momento en que pensamos que nuestros logros o condiciones definitorias son únicamente nuestras y no de un gran colectivo, aunque suena demasiado ególatra este pensamiento expuesto, es necesario explicar que como seres humanos estamos destinados a valernos de la opinión pública para darle validez a nuestras creaciones.

 

Destinados o condenados

Es la opinión colectiva la que establece reconocimientos y niveles de aprobación ante los actos de creación del ser humano, es también la opinión colectiva la que controla de alguna forma el libre albedrío de nuestra especie, pero que pasa entonces con el “orgullo” del ser humano, ese altivo sentimiento que ayuda a crear y destruir por parejo, que sucede entonces con el orgullo cuando este se ve pisoteado por una fallida persecución de pasiones y validación, una persecución que apunta únicamente a los estándares ya planteados por el “colectivo grupal de opinión”, encontramos entonces un ser humano que cree ya no tener algo que ofrecer o que se le han quitado cualidades que lo han de hacer trascendente, pero por lógica entonces estamos persiguiendo y colgando nuestra exposición de algo inexistente, como es posible pensar que algo que no existe en realidad nos ha de validar o quitar. Siendo más claro con esto último pudiéramos pensar también que como seres quimico-biologicos somos todos iguales por parejo y únicamente es nuestro camino lo que nos hace obtener la definición de validación, unas diferentes que otras, dependiendo de la opinión grupal a la que pertenezcamos o a la institución encargada de albergar nuestros más profundos miedos y emociones.

 

Sin pensar en condicionantes grupales que pudieran hacer parecer grande o pequeña a una persona, comparada dentro del mismo circulo de opinión, podemos definir que como seres humanos estamos atados a constituirnos por nuestras opiniones y directrices de vida, entonces si en niveles de intelecto y raciocinio pudiésemos ser clasificados, pondríamos en un peldaño alto a todos aquellos que posean mayor perspectiva, diferencia de opinión y conocimiento que ridiculice y descubra las falacias de la opinión pública. Pero una vez más es necesario mencionar que quizá ese peldaño no es más que otra condena dentro de una análoga institución psiquiátrica, otra casilla y al final es algo que podemos encontrar incluso en nuestras reuniones con los seres más queridos y cercanos a nosotros.

 

Pero, ¿No estamos entonces cayendo en el mismo círculo de aprobación de unos cuantos?, dejemos claro que el hecho de que un grupo de opinión es un grupo de opinión, no más. Y el seguimiento de dicha opinión, es decir la responsabilidad de ser un seguidor es totalmente nuestra y solo nuestra, es nuestra responsabilidad cuestionar cada opinión y directriz que nos ayuda a entender más y más nuestro mundo, es decidir con quién cenaremos y tomaremos una copa acompañada de historias personales un cada tanto. Ridiculizar cada aseveración y darle más de una vuelta a todas las opiniones obtenidas de nuestras construcciones grupales. Como hemos visto a lo largo de nuestra joven especie, ha sido siempre los cúmulos de creencias que han dirigido el comportamiento humano, y entender que la magnitud del cumulo no le quita ni le da mayor validez, son opiniones únicamente, entonces, ¿condenados o destinados a la opinión colectiva y a la escucha de historias contadas repetidamente?, pienso que tal vez condenados, condenados al cariño de opinión de nuestra persona, siempre hemos de estar pendientes de contradecir, por favor. Pensemos también en la inherente necesidad de sentirse mejor, sabiendo que todo lo que salga de nuestro ser creativo, tendrá que ser aprobado por unos pocos o unos muchos, estamos actuando de igual manera que el resto de la gente “no pensante”, pero estamos únicamente etiquetando nuestra aprobación por opinión. Es cierto también que existen opiniones grupales basadas en juicios de valor y creencias absolutamente no factuales, es entonces compromiso de quien posee diversas perspectivas crear un objeto de indulgencia para la opinión inteligente y fundamentada y no regirnos por grupos de opinión no comprobables, a esos habría que desecharlos o marginarlos por menos, pero no pueden dejar de existir si no las opiniones inteligentes carecerían de esa misma etiqueta, ¿me explico? Por eso se elige alguien en quien verter todas nuestras locuras, o al menos deberíamos de saber elegir con quien, para que nuestras constituciones personales nos sean satisfactorias.

 

De reflexión y realización igualitaria

Volvamos al objeto de autoestima, el objeto “ficticio tangible” de validación grupal; dicho objeto representa quizá nuestras posesiones y creaciones, lo que nos constituye como seres funcionales de nuestra sociedad, lo hemos de construir con preceptos aceptables del juicio grupal y ya mencionado anteriormente, cuando dicho objeto se ve pisoteado sentimos quedarnos sin ancla a la deriva, pero, ¿no es entonces incoherente pensar que somos seres individuales cuando en realidad el existencialismo nos invita a confundir nuestras ideas y el único compromiso es aferrarnos a lo que menos mentira parezca?.

Es el ser humano una recolección de emociones basadas en pensamiento y lógica, unos más que otros, pero la condición humana no dejara de existir, puede existir el egoísmo pero inclusive una persona ególatra y megalómana (¡vaya que decir persona antes de esos dos adjetivos, ya es redundar!) perseguirá aquello  que cree correcto e impactante, por el bien de su misma especie (quizá). Pensemos en el amor, es el amor por alguna idea la persecución menos egoísta quizá, pero una vez terminada dicha persecución, pausada, trunca o simplemente ya no existente debido a la perversión de lo que alguna vez creímos que era, una vez terminado de utilidad dicho concepto hemos de buscar ese enfoque una vez mas (persecución a final de cuentas), la parte pasional claro, en otro objeto, es decir vaciar aquello que somos en otro recipiente ideático y mediático para poder vernos realizados en algo más, ¿es entonces egoísta o no lo es? El ser humano es egoísta por naturaleza. Únicamente hemos de buscar creer en el mundo pasional que nos haga ser más honestos con nosotros mismos y perseguir lo que nuestras entrañas dicten, conceptos definidos por la obtención de una opinión grupal advenida a convertirse en “pensamiento propio”.

 

Ahora necesitamos ordenar estos conceptos como una locura completa, vamos a llamarles “entidad” a nuestros personajes que quieren comprender la locura y encasillarla. Entonces la locura como una entidad define el comportamiento humano adoptado, pues a lo largo de nuestra formación humana, vemos y adoptamos o vemos y juzgamos, pero de cualquier manera quedamos con esas imágenes o ideas impresas sin importar que hayamos adoptado de, o, simplemente hayamos juzgado (aunque también habremos de estudiar la afirmación “es fácil y simple juzgar”), con estos conceptos atrapados en nuestra mente entonces caemos en un “me quede atrapado”, pues supongamos que los primeros 20 años de vida como personaje, son un grande riesgo de “quedar atrapado” en un dogma y axioma de actuación humana, cuando quizá tendríamos que trabajar más en ser de todo y nada pero por periodos de nuestra vida y no crear una carrera profesional de imbécil a lo largo de nuestra vida.

 

¿Existe un proceso de salida?, creo que la construcción de nuestra psique y la exposición a una singular sociedad, harán del ser humano un animal más que de costumbres, de obsesiones, de obsesiones por validarse con lo que reconoce a su alrededor y sentirse superior a una validación que le sea ajena. Es en un punto como estos donde se piensa que alcanzar una mayor iluminación depende únicamente de una re-exposición, una exposición personal hacia todo aquello que nos causa una incomodidad mental de cuando el cerebro, inclusive a un nivel neurológico, comienza a rechazar ideas y pensamientos por más lógica y raciocino que tenga.

bottom of page