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Curando bienestar
Aprendes con la edad a realmente ver un rostro, con la edad aprendes pero no con los años.
Aprendes que el encanto de los fármacos es que si tienes un severo problema de alcohol y que si decides hacer ambas cosas, curas la culpa.
Aprendes también que es mejor amarrarse los cordones y enfrentar cada tanto la realidad tuya, aprendes que pasan las semanas y meses, pero una década, nunca.
Pasan los días y te carcajeas pero no recuerdas ya ni el rostro ni la mirada.
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