top of page

Iluso y Oaxaca

 

No supe porque fui siquiera, creo que sentía que me debía completar la visita, pensé que era una de esas tonterías que hacemos a veces para darle honesto funeral a algunas emociones, y seguro estaba que más vivos estaban los muertos del panteón debajo del hostal que esas dos emociones por matar, y es que ya me acostumbre a que por 6 años una de ellas me dio ya no sé si fuerza para seguirle a esta mierda o por lo menos era mi puto punto de comparación para poder decir que lo que viniera iba yo a poder con ello, y que en realidad si sobreviví a todo eso pues ya lo que pudiese aparecer frente a mi iba a ser cosa de solo darle una pequeña patada y seguir adelante con una “sonrisa”.

Pero para que me hago pendejo si realmente nunca supere lo primero y empiezo a sentir que no podre superar lo segundo. Guarde el camino, la playa, el cerro, la peña, el risco y toda esa espuma del mar por 5 años, porque me prometí encontrar algo tan grande que valdría la pena, que valdría la pena asistir a ese foro natural que tanto me esperaba (tonto yo, si el mundo y el mar nunca esperan a ningún estúpido enamorado) para tapar la ilusión rota de subir a punta cometa, y creo que más que arreglarme, ir ahí me rompió más, porque cuando vivimos de ilusiones, son eso y es hermoso, ¡pero que horrible es enfrentar la realidad!, casi todo el tiempo.

 1000 km después estoy en medio de una crisis, después de dos meses, y es que desde ayer lo sentí venir, pero siempre es igual, siempre pienso que solo es una falsa alarma, y es que justo hace 3 horas me di cuenta que las piernas me estaban temblando y casi me caigo a media calle a causa de mis tristezas, que curioso refleja el cuerpo nuestras emociones. No sé qué haré ya, definitivamente tiene meses que ya perdí la cabeza y que no se siquiera si quiero regresar al mundo real, y es que a veces es tanto el dolor que no merece ser silenciado, pero no lo soporto ni yo mismo cuando decido gritarlo, solo espero encontrar lo que sea que esté buscando y no tener que esperar las luces de cada noche para poder susurrarles que les cuentes como estoy y que hay de nuevo, y en esta vidurria mía de querer, siempre termino queriendo decirle buena noche a cualquiera, y como buen ridículo, hay ocasiones en las que por sentirme menos pinche recuerdo como era dormir ahí a su lado.

Y es que son estos mis puntos más bajos, donde pierdo todo el orgullo y lo único que puedo hacer es gritar que ya perdí la pinche esperanza, porque dentro de mi aunque yo no quiera ni verlo, ni aceptarlo me muero por una caricia y una mirada suyas, que me hagan sentir como un niño otra vez, porque no sé qué voy a hacer si nunca te vuelvo a tener, y es que si no es así, como quisiera y daría todo, todo lo que soy y tengo, hasta mi última idea y el último esfuerzo de mis manos para que entonces la otra pudiera darme una vez más un propósito para seguir sin sus caricias y volver a sentirme fuerte porque tampoco sé que voy a hacer sin ti en mi vida. Pero algo se me ocurrirá.

bottom of page